Una primavera movidita

La primavera con la Crosstourer transcurrió de la mejor manera posible: rodando. La suma de kilómetros en las rutas llegó a ser de 700 kilómetros en dos días y lo único que fue incómodo en ese tiempo fueron los primeros calores y los tediosos kilómetros por autovía. 

Transcurría la mayor parte del tiempo rodando por los Pirineos orientales y base en Gerona, descubriendo toda la zona centro y este de cataluña. Maravillosa para rodar en moto. 

La Crosstourer no se inmuta en ningún terreno, solo es demasiado pesada para meterse con comodidad y mucha soltura por pistas de tierra y en ningún momento se me ocurriría meterme por camino o trialeras con semejante bicho. La primera velocidad me sigue pareciendo muy larga para las pistas de tierra y hay que tener muchísimo tacto para rodar por tierra y no abrir o cerrar demasiado rápido con los consiguientes tirones. 

Una de las cosas que tenía pendiente era ver los Pirineos nevados y lo cumplí con creces, demostrando que sólo hace falta equipación y ganas para ir a descubrir rincones, puertos, subidas y pueblos donde merece la pena hacer una foto o pararse a tomar algo y pasear por sus calles. 

En uno de esos puertos, Port de la Bonaigua, la naturaleza nos brindó un momento espectacular con un zorro salvaje corriendo por la soleada pradera casi arriba del todo, con manchas de nieve aún del invierno y una estampa que tardará en borrarse de nuestras cabezas. 

Recomendable ir a ver la gruta de la Fou, en el sur de Francia atravesando el puerto de Ares donde la moto, con su gran estabilidad, subía sin inmutarse en velocidades incluso largas. Cabe destacar que los giros entre curvas enlazadas con una delicia y que estirar vueltas hace el sonido adictivo, lo cual es un peligro si los límites de velocidad se pasan, peligro para nuestra cartera y no tanto por la carretera en si o por la visibilidad, si no por los radares y ojo, que en Cataluña está lleno. Además los plantan en sitios donde no hay peligro inminente tales como largas rectas, autovías con límites ridículos y carreteras entre poblados, normalmente en la recta más larga de la zona.

Una de las mejores cosas de descubrir y tener la posibilidad de ir sin equipaje en las maletas es meter ambos cascos integrales en las laterales, donde caben perfectamente y aún sobra hueco para guantes o cualquier elemento de vestimenta pequeño. No así en larga ruta donde habrá que dejar el casco atado con un antirrobo a la moto y por supuesto, quitar el intercomunicador para que no vuele. 

Por nombrar el casco, no pude hacer mejor compra con el arai. Por supuesto que cuando llevas cinco horas seguidas con el puesto, estás deseando quitártelo y respirar un rato, pero para nada me influye en excesivos ruidos molestos o incomodidad. Al contrario, la visera me ayuda mucho en puestas y salidas del sol, tiene un hueco perfecto para que unas gafas de sol de patilla ancha vayan perfectamente en su sitio y, aunque con las entradas de aire abiertas no se nota mucho el flujo. tampoco es caluroso como tal. 

En cuanto a los consumos depende de tu ganas de dar gas. Pero rodando con soltura suelo tener una media de 5,3 - 5,5 litros cada 100 kilómetros. Sacando así una media de 340 kilómetros por depósito y repostando cuando la reserva me indica que ya no queda gasolina para más kilómetros. Siempre elijo la 95 de cualquier gasolinera, ¡a ser posible la más barata!

Vigilando siempre el nivel de aceite, en los 8.000 primeros kilómetros de la primavera, no había gastado ni gota. Los neumáticos suelo revisarlos cada 15 días y siempre le hace falta unas décimas de aire si no se rueda con asiduidad. 

Por cierto, el cardán el maravilloso. Sólo acordarme de la faena que era limpiar y engrasar la cadena de mi antigua moto y me vengo abajo. ¡¡Arriba los cardán!!