viernes, 13 de octubre de 2017

El Norte siempre es atractivo

-¿Y que quieres que te cuente? Si te enseño una fotografía y me dirás que es un decorado, que es imposible tanta belleza y que ese lugar seguro que no está en España, que parece Eslovenia. Nos pasó el año pasado y nos ha pasado este año.

-Una suerte ir a ver esos lugares.

-Permítame que te corrija buen amigo, pero esos sitios nos encontraron a nosotros. Preocupados salimos con lluvia, luego desestabilizamos con la niebla y al final nos dio un abrazo el sol. Nosotros nos dedicamos a rodar, visitar, tratar de plasmar algo... Y es ahora cuando nos damos cuenta lo que dejamos atrás. Muchos kilómetros y las horas avanzan, la compañía te atrapa y tienes que avanzar. Poco tiempo como para tirarse en el césped y ver el atardecer ¡Cuánto nos hubiese gustado!




-Pero pararon. Lo vi en tus fotografías. Pararon. Saltaron. ¡Se les ve disfrutando!

-Otra vez el efecto tiempo. El deseo de vernos dando gas y abriendo ruta y ahora resulta que estamos en casa. Llevaba un gran rato pegado a la ventana esperando la llegada y luego bailé en el balcón. Bajé. Salté de alegría y todo pasó tan rápido que salí dejando a mis amigos a la espalda y con un sentimiento muy fuerte dentro de mi.

-Continúa, déjalo fluir.

-Sinceramente salí seco. Sin ganas de la kilometrada inicial. Con poca esperanza y cancha de desánimo en mi vaso de optimismo.

-Lo cual parece normal en ti.

-Pero cuando la dinámica te lleva a tu primera conversación con gente que no conoces de nada, cuando llega la ayuda para romper aquel candado de disco en Miranda de Ebro y con eso empiezan a surgir una serie de acontecimientos en los que sin saberlo al instante, estás en tu sitio, en ese momento y en ese lugar.

-Un gran paralelismo ese candado.

-Sin duda las grandes personas están ahí fuera, pero vivimos con un constante miedo a comunicarnos con los demás.

-Que maravilla sentirse arropado.

-Esa sensación cuando sientes que todo influye y nada te para quieto los pies ¡¡hemos incluso bailado en algunas paradas sin necesidad de música alguna!!. De eso ha tratado este viaje. Me partía de risa yo solo al ver la habitación del hotel que cogimos juntos en La Isla imaginándome sus caras cuando llegaran reventados desde la Capital. Y así sucedió. Un momento tras otro para construir esta pequeña gran escapada tan fugaz como interactiva.

-Influyó el grupo en la magnitud.

-Suele relativizarse pero ese no será nuestro caso. La foto vuelve a parecer sub-realista, las risas han crecido en porcentajes imposibles gracias al nuevo integrante del grupo y el sol se puso de nuestra parte cuando llegamos a la playa y a la montaña.
Te comenté al principio que qué querías que te contase si nada de lo que plasme, escriba o exprese será acercarse mínimamente a la realidad.

-Larga vida a construir esos momentos.

-Si la carcajada sustituye a las palabras es que nos entendemos con un hornillo y agua hirviendo o un simple bocata en un hostal de un metro cuadrado. Si estarías más días rodando y descubriendo sitios, abriendo ruta y bailando en los miradores. Si la despedida te deja un sabor amargo. Entonces estamos en el camino correcto. Si miras hacia atrás parece que no llegaba y ya pasó. El tiempo sólo es eso. Tiempo.


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