Viernes 16 de octubre de 2015
Amanece en Jaca. La previsión era
fría y menos mal que me acordé de sacar las botas del balcón y ponerlas al lado
del radiador del baño para que estuviesen calentitas. Me cuesta desperezarme
porque las mantas no ayudan, aunque no ha sido todo lo confortable que me
hubiese gustado, el colchón tiene un aprobado raspado.
Bajé a desayunar y acostumbrado a
los buffet de los dos últimos días, un cola cao, un minibocata de jamón y un
pequeño croissant no son suficientes para un tío de un metro noventa. Más
adelante comeré algo.
Preparo la moto y la dejo
calentando frente al hotel mientras entablo conversación con el recepcionista
que estaba de mañana, al que le cuento un poco la ruta, de donde vengo y a
donde voy, algunos detalles que tengo pensados y la ruta que me tocaba ese día.
Un tipo muy simpático que me da algunos consejos de la zona y me desea buena
ruta, un rato agradable y la moto, ya más que caliente pidiéndome paseo.